Este estilo de muebles es muy habitual en España. Las decoraciones renacentistas o castellanas se han reproducido hasta la saciedad. Para los que gozamos con esto, la satisfacción es encontrar una pieza que sea lo mas similar a las originales.
En este caso, se trata de un par de sillas extraídas de un conjunto ya restaurado. Como se puede apreciar, la factura es muy buena. Esto podemos observarlo en su fina y trabajada talla, al igual que en el torneado. También es destacable la utilización de madera de nogal español, en vez de las miles de réplicas realizadas en haya.
Por último, es de agradecer....encontrarse con un asiento de cuero repujado y policromado, sujeto al soporte con tachuelas de latón bien cinceladas. Estas hacían juego con dos terminales igualmente en metal dorado que remataban la parte superior del respaldo...una pena que no se hayan conservado.
Ambas sillas se encontraban guardadas en un trastero, justo debajo de una gotera!!! de hay se puede extraer el pésimo estado en que llegaron a mis manos, sobre todo el asiento de cuero. Sobre el y en su interior, proliferaban activamente una colonia de hongos de todos los colores, los xilófagos al socaire....les hacían compañía.
Estado en el que llegaron las sillas al taller. Al mismo tiempo se juntaban distintas patologías, la madera estaba con un ataque activo de (Anobium punctatum) o carcoma pequeña, además de arañazos, pérdida de material ligneo y acumulación de suciedad que dificultaba el acabado original de la madera.
Detalle del ataque de hongos en los dos asientos de cuero |
El exceso de humedad prolongado terminó afectando también a los apliques metálicos |
Una vez que se habían eliminado las esporas, para frenar el ataque de los hongos de humedad se utilizo una disolución adecuada de fungicida que se aplicó mediante inyección. No está demás recordar, que aunque a simple vista y explicado, la intervención parece facil y asequible, lo correcto en estos casos es acudir a personal especializado para realizar estos trabajos, pues los materiales aportados y los propios de las piezas a tratar nunca se comportan de la misma manera y una aplicación sin conocimiento puede causar efectos inesperados e irreversibles. |
Tras el tratamiento contra los hongos nos ocupamos de la madera. En este caso, se realizaron igualmente catas de limpieza que determinaran la forma de proceder. Estas determinaron la inexistencia de cualquier tipo de barniz, como suele ser lo normal en este estilo de muebles. El acabado original hallado era cera virgen, aunque oculto tras una gruesa capa de acumulación de suciedad. Los muebles encerados son muy vulnerables al polvo, por la naturaleza grasa de la cera, y para conservar ese tipo de acabado en buenas condiciones, se hace necesario pulir muy bien la cera tras su aplicación para que penetre bien en la madera y las sustancias grasas no queden en superficie y puedan atraer el polvo. Cuando esto ocurre se crean deposiciones bastante difíciles de eliminar. La eliminación de acumulación de suciedad y restos del acabado en mal estado se efectuó con disolventes orgánicos. |
Detalle de la madera tras la limpieza |
Tras la limpieza se realizaron los trabajos de encolado de ensambles y la reconstrucción volumétrica de piezas. Para ambos trabajos se utilizaron colas y resinas sintéticas. |
Una vez que estaban la madera limpia, encolada y reintegrada se realizó el tratamiento antixilófago. En este caso, se realizó un tratamiento con liquido antixilófago aplicado con inyección y pincelado. Una vez aplicado este tipo de tratamientos es necesario realizar un seguimiento de la pieza por personal especializado que durante visitas periódicas pueda determinar que la pieza está curada. Para ello se hace necesario conocer el ciclo larvario, y por supuesto detectar el tipo de xilófago que queremos eliminar. |
Detalle de la pieza tras la intervención.
Tras el tratamiento antixilófago le tocaba el turno al asiento de cuero y las tachuelas. La limpieza de la oxidación de las tachuelas metálicas de la zona exterior se ha ejecutado utilizando un micromotor Dremel® y cepillos metálicos dorados de latón, protegiendo la piel de alrededor de las tachuelas con una reserva de hojalata para evitar erosionarla.
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