lunes, 27 de agosto de 2012

Las olvidadas

Las Olvidadas

A menudo, es muy normal encontrarse con la triste estampa de como sufre una portería de madera al ser abrasada por una pistola de calor, a manos de un pintor de brocha gorda, que como remate a su obra en una vivienda, y por el famoso "ya que", termina decapando la madera sin pararse a pensar que a lo mejor.... la pieza que tiene entre sus manos es una antigüedad con cierto valor.

Existe una tipología muy interesante en cuanto a porterías de madera, en general, testigo de modas localistas, que merece recabar en ellas y darles el trato que se merecen.

La restauración de estas piezas es a veces complicada, porque presentan patologías diversas asociadas a problemas de humedad, ataque de xilófagos, etc. Para rehabilitarlas se hace necesario por tanto combinar tratamientos, tanto para madera como para metales, pues los herrajes son parte fundamental en la estructura de las mismas.
Es por esto que considero a las porterías, portones y puertas interiores, como las grandes olvidadas a la hora de acometer una restauración integral en las viviendas. Habría que prestar más atención a estas preciosas piezas y darles una oportunidad, acometiendo su arreglo con un proceso de restauración o conservación si así fuera el caso.
Si tenéis curiosidad, solo hace falta prestar un poco de atención a las fachadas de los centros históricos de cada ciudad y reparar  en su carpintería.

La puerta que he restaurado en esta ocasión es de interior, y este es el proceso:

Descripción.

Portón en madera de pino. Cada puerta está dividida por tres plafones decorados con bajo relieve tallado en el anverso y liso en el reverso. El conjunto se encuentra en buen estado de conservación. Los daños más aparentes se limitan a los normales que aparecen con el paso del tiempo. Han sido varias las intervenciones que se han realizado en el conjunto a lo largo de su historia. Es muy posible que el lugar actual no fuera el original, aunque las jambas son originales y por tanto de la misma época de ejecución del portón. La parte trasera de ambas puertas se encuentra en la actualidad tapizada con una tela de eskay o polipiel en color mostaza, y fijada al soporte con tachuelas. El relleno del interior es de gomaespuma. Por el tipo de tejido y ejecución, presumiblemente se podría haber realizado a mediados de siglo.



Anverso
reverso

























La puerta llega al taller en este estado. Fue necesario trasladar con el marco original, en principio por la imposibilidad de extraer de la madera los machos de las bisagras de capuchino....y hay que agradecer que así fuera, ya que este tipo de bisagras son escasas y como veréis mas tarde, en el caso de tener que reintegrar alguna, se hace nesesario contar con la ayuda de un artesano de la herrería. 
Posteriormente en el estudio preliminar, ya en el taller, se detectarían varias patologías en las jambas del mismo.


Bisagra de capuchino
Esta tipología de bisagras son muy resistentes y se incrustan en la madera quedando prisioneras sin necesidad de rosca. Las improntas dejadas en la madera nos ayudan a certificar su autenticidad.

Como se aprecia en el reverso de la puerta. En un momento de su historia se decidiría tapizarla. Se ha decidido eliminar este añadido estético, pues este tipo de "apaños" no benefician al soporte, y además suelen ser un lugar ideal para la acumulación de suciedad e insectos.


 

                                         
Relleno de gomaespuma
Eliminación de tachuelas y puntas












Mientras, se comenzó a dar los tratamientos en el marco.

Intervención en las jambas.


La primera interpretación de los daños me llevó a pensar que los restos de xilófagos encontrados en la jamba derecha eran galerías de Reticulitermes Lucifugus Rossi, lo que comúnmente conocemos como termitas. Pero un análisis más detallado detectó pudrición parda o cúbica, originada por un hongo xilófago basidiomiceto, muy normal en coníferas. Estos, mediante una acción encimática hacen desaparecer la celulosa dejándola suelta.

   Daños por humedad en la jamba derecha del marco      Detalle del ataque

Para la tratamiento de los hongos se utilizó una disolución de paradiclorobenceno.

 


Una vez seco se consolido la madera, en este caso muy frágil por la destrucción de este tipo de hongo. Como consolidante se utilizó la resina paraloid B72.






Antes de que secara del todo, se roció con polvo de piedra pómez para dejar la superficie más receptiva a la hora de la reintegración, en este caso con estuco de APV y serrín.

La acción de putrefacción de los hongos había deshecho el soporte ligneo, siendo necesario la reintegración volumétrica tras los tratamientos de consolidación. Para ello, como comentaba antes, se ha utilizado un estuco de acetato de polivinilo y serrín tamizado de madera. La parte tratada es justo la cara que irá adosada a la pared cuando el marco esté colocado. 
  

Otros arreglos en el marco. La espiga del inglete derecho estaba partida.



Con esto se dan por finalizado los trabajos de consolidación de la estructura, que generalmente se realizan en primer lugar.
El siguiente paso es la limpieza. Para determinar como proceder ante la misma se practicaron unas catas de limpieza sobre la madera utilizando distintas disoluciones hasta dar con el más apropiado.




Ambas retiraban bastante suciedad, pero la disolución de la 2ª cata retiraba completamente los restos, además de dejar la superficie más hidratada.


En ambas fotos se aprecia una comparativa del antes y después tras la limpieza. La eliminación, según se detectó en el análisis, se trata de acumulación de suciedad y cera, que con el paso del tiempo va generando una costra negra difícil de eliminar. La trasera, como se ve en la foto de la derecha es de color más claro, debido a la protección de la luz que ha tenido durante el tiempo que ha estado tapizada.

Tras realizar la limpieza de todo el soporte de ambas puertas y marco, la siguiente tarea es la reintegración de todos los daños producidos, tanto por el paso del tiempo....ya sean grietas... arañazos, etc. como los producidos antrópicamente, como es el caso de  múltiples agujeros de puntas y tachuelas. En este caso es importante, porque la trasera se va a dejar como estaba originalmente, con la madera vista.

Otros daños en la madera.




Reintegración volumétrica.





Resultados tras la reintegración volumétrica.

La pasta que se observa en las fotos anteriores es una resina acrílica de gran resistencia, la cual una vez seca permite ser igualada con la superficie. Una vez entonadas las reintegraciones se aplica un tinte al agua con extracto de nogal y otros pigmentos. El resultado es el siguiente.

 En la foto izquierda se aprecia el conjunto completo con el color definitivo. En este caso los tapajuntas laterales también se han teñido, se trata de piezas nuevas pues las originales no estaban completas.

Tapajuntas en madera de pino



Marco preparado y encolado. Se han colocado riostras de pino para poder manipularlo sin problemas. Este sistema de sujeción se utilizará también para el transporte del portón hasta su lugar de origen.



Tratamiento de herrajes.

La manillas metálicas han pasado por un proceso de limpieza y barnizado. Presentaban acumulación de suciedad y pérdidas en el barniz original. El metal se ha limpiado con un baño químico y se han protegido con un barniz para metales.

Antes                     limpieza                   barnizado

Últimos pasos.


Tras finalizar el igualado del colorido, ya están los trabajos de restauración prácticamente concluidos. Sin embargo el que falta es muy importante, pues permitirá fijar el color y proteger la madera. No hay duda, de que como en todas las disciplinas, los componentes y materiales van evolucionando, como se ha podido comprobar a la hora de utilizar resinas acrílicas, vinílicas y demás tratamientos aplicados. Pero para los acabados soy muy tradicional.
En este caso, se le ha aplicado el mismo acabado de origen, el encerado, a base cera virgen elaborada en el taller, siguiendo formulas tradicionales. Este tipo de acabado, permite que la madera respire, y al mismo tiempo crea una barrera protectora que deja la suciedad en superficie, pudiendo ser eliminada en el proceso de conservación.


Portón encerado. 
Comparativa antes y después, detalle inferior



La madera antes desnutrida ha adquirido con la intervención el lustre original, conservando su color original y preservando la pátina.
El proceso de restauración ha finalizado prácticamente, sólo falta la incorporación de una bisagra que falta y que por su naturaleza es difícil de encontrar. Se está haciendo a mano mediante los procesos de forja tradicionales.

             Detalle de la impronta de la bisagra de capuchino en ambos lados de la puerta


Bisagra de capuchino ya terminad antes de su integración en la puerta.


La utilización de este tipo de herrajes es pura artesanía, desde la concepción de la misma en la fragua, hasta su colocación definitiva. Hay que tener en cuenta que estamos hablando de una pieza de hierro, difícilmente moldeable una vez que esta se ha enfriado. Es por ello, que en su origen, lo más normal es que se colocaran en la madera recién salidas de la fragua, y que aún incandescente, un golpe certero la dejara prisionera en la madera por los siglos de los siglos. En este caso, el anclaje final se ha tenido que hacer en frío.


          Colocación y reintegración del colorido

Con este último paso la restauración ha concluido. Los trabajos siguientes van orientados a estabilizar con riostras el portón montado en el marco, para ser trasladado al hueco de pared definitivo. Es necesario que el montaje se haga con estas, para que el marco no se descuadre. Una vez anclado, se retiraran las maderas protectoras delanteras para probar la puerta, y finalmente quitar las riostras traseras.

Comparativas.


                                         Anverso   antes                                     Anverso después

Herrajes antes                                                      Herrajes después

                     Reverso antes                                                                       Reverso después



Condiciones de conservación.

Es importante conservar el estado de la madera sin alterar el acabado. Por ello se necesario no utilizar para la limpieza del conjunto productos abrasivos.
La madera está encerada, será conveniente no dejar que el polvo se acumule sobre la superficie, esto es muy importante, sobre todo para los soportes con talla, pues es muy fácil que se concentre en ella y sea difícil de limpiar. Es conveniente encerar la superficie, al menos, un par de veces al año.
Los herrajes tienen una capa de protección, por tanto no deberían de ser limpiados con ningún producto abrasivo para metales. Lo más recomendable sería igualmente, no dejar que se acumule el polvo simplemente.

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